Los primeros años son los cimientos de nuestra vida
La mayor plasticidad cerebral, como si fuera una masa que se puede moldear, está dada en los primeros años de vida. Por eso es tan importante cómo se transita la infancia, serán los cimientos de nuestras vidas. Y por esta razón cuanto más temprano se detecte un problema, mayor será la posibilidad de solucionarlo, con la ayuda de un profesional.
El niño primero succiona, se ríe, luego balbucea, mantiene contacto visual, luego se sienta, gatea, luego se para, camina, controla sus esfínteres, habla.... cada uno de estos acontecimientos tan festejados por su familia, ya que son logros observados y esperados que el infante los realice, tiene un lapso estimado y esperado de tiempo para que se produzcan, pasado ese tiempo pasa a ser un síntoma, una señal, de que algo anda mal.
Si un niño al año no se para, estamos en problemas; si un niño de esa misma edad o meno no mantiene contac-to visual con su madre, algo está pasando; si un niño de más de tres años no controla esfínteres, es hora de con-sultar, estos son algunos de los ejemplos más comunes que se pueden dar.
Los primeros en detectarlos son los padres o los abuelos: no deben de desesperar, sólo consultar a su pediatra, si la respuesta de éste no le satisfizo, como por ejemplo “están muy expectantes porque es único hijo.... bueno, esperemos un poco más...” y él no deriva a un especialista, psicólogo, neurólogo, o médico especializado en pediatría del desarrollo, los padres pueden realizar una segunda consulta a cualquiera de los especialistas nombrados, que ellos le sabrán dar una repuesta a su inquietud.
Suele suceder que hay padres que al no tener otros hijos no saben exactamente a qué tiempo se tienen que dar las conductas aceptables para un desarrollo llamado normal, ellos también pueden realizar la consulta para que su estado de incertidumbre disminuya y no sobre estimulen al pequeño, ni generen en los padres una preocupación innecesaria.
LIC. ALEJANDRA PASCUAL
Psicóloga
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domingo, 23 de agosto de 2009
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